Parece
que la pugna entre los poderosos y los débiles no acabará
nunca. Eso se ha ido repitiendo a lo largo de la historia.
Durante la conquista de América, los españoles desembarcaron
en el Nuevo Mundo y, cegados por una gran ambición, desataron
una feroz carnicería contra los indios. En el presente, se está
dando casi lo mismo en la Amazonía peruana,
pero ahora, no por el oro, sino por las tierras de nuestros
indígenas, esas tierras que siempre les ha pertenecido por derecho
desde los tiempos del incanato. Esta vez, el oro ya no brilla ni es
sólido; esta vez, el oro es tan negro como una noche sin luna y es nada
menos que el combustible más extraído de la faz de la Tierra. Sí
amigos(as), me refiero al petróleo, el hidrocarburo más consumido
en nuestro planeta.
El
hecho de que el petróleo sea tan necesario en la vida diaria, no es
motivo para que compañías, como la Oxy, sencillamente tomen la decisión de
extraerlo de una zona natural sin el consentimiento previo de los que la
pueblan. Es como si un extraño irrumpe en tu casa y hurta o destruye algo.
Así de directo: las compañías petroleras son unas usurpadoras y
aniquiladoras de tierras. “Pero, ¿cómo viviremos sin petróleo?”,
dirán muchos. La respuesta es muy simple: Mejor. Por el petróleo
talan árboles, contaminan ríos, envenenan a plantas y animales, vuelven
infértil a la tierra; por el petróleo devastan nuestro planeta,
acabando, poco a poco, con la vida que ha costado muchos años en forjarse.
“Pero, ¡rayos! ¿Cómo me movilizaré en coche? ¿Cómo funcionarán la
mayoría de las máquinas?”, pensarán varios de ustedes. Para eso, amables
lectores y visitantes de Me
Escapé de Casa, hay miles de formas de solucionarlo, y todo eso supone
una sola cosa: energía renovable y no contaminante. Las principales: energía
solar y eólica.
¿Por
qué todo tiene que ser dinero? ¿Por qué se teme mucho invertir? ¿Por qué? El
petróleo tarde o temprano se acabará y debemos preocuparnos por ver nuevas
formas de “mover el mundo”. Los nativos de Lamas, pueblo
amazónico de Perú,
no tienen porque sufrir las consecuencias de la ambición de extraños
capitalistas. Qué culpa tienen ellos de que justo bajo sus pies haya depósitos
del ansiado oro negro. ¡Demonios! ¡Qué put… culpa tienen!...
Disculpen, pero se me hierve la sangre cada vez que recuerdo a las empresas
extractoras que sólo buscan llenarse los bolsillos. Son unos hipócritas
de mier… Nuevamente disculpas. Es que la vida no es justa para
muchos. Cómo pueden existir empresarios y gobernantes tan crueles.
Tampoco soy un santo para decir esto, no obstante, si veo que puedo colaborar
con nuestros indios, no lo pienso dos veces. Quizás no tenga la voz de una
autoridad, quizás no sea una persona influyente, quizás no sea muy conocido;
pero estoy seguro que puedo poner mi grano de arena escribiendo estas líneas
en mi blog y
presentando un documental que
concienciará y ablandará el corazón de algunos. Eso espero.
Con
el documental, titulado “¿Acaso comemos plata?”, se
quiere mostrar la realidad entre los nativos lamistas y las empresas
petroleras, y no lo que muchas fuentes informativas buscan hacer creer... Y
así, una de las frases que dice el narrador del documental (un
indígena) que más me llamó la atención, fue la siguiente: “¿Qué
precio tiene la Yacumama? ¿Qué precio tiene la Sachamama? No hay plata que
pueda pagar nuestra vida… ¿Acaso comemos plata?”… Quedan bien claro
estas palabras. La flora y fauna de la selva del departamento
de San Martín es bien rica, y todo peligra si no se toma cartas en el
asunto.
Detalles
del Documental:
Documental: ¿ACASO
COMEMOS PLATA? Perú / 2006 / Mini-DV / Color / 27:03 min. (Donado) Realización
y Producción: PRATEC y Waman Wasi; Guión, Fotografía, Sonido, Edición,
Postproducción de imagen y sonido: Sachavideaistas; Idioma original: Español.
Y
ahora sí, les dejo con el documental prometido. Y como lo coloqué del portal
de vídeos YouTube, está en tres
partes:
Parte
1:
Parte
2:
La ambicion del hombre es lo que acaba al mundo!
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