El 8 de Noviembre de 2009,
domingo, entre las 10 y 11 de la mañana, estuve de espectador de
los números de danzas folclóricas en el mirador de Tahuishco (Moyobamba),
por motivos de celebrarse el XIV
Festival de la Orquídea 2009. Los bailes típicos de la selva
peruana eran parte de las actividades que habían programado los
organizadores del evento floral, los cuales, a su vez, se
presentaban fuera del local donde exponían las plantas ornamentales, uno de
estos sitios —que por cierto ya mencioné— ha sido el mirador, punta o
boulevard de Tahuishco, que se ubica en uno de los extremos de la ciudad de
Moyobamba, capital de la región
San Martín, localizada a más de 100 kilómetros al noroeste de Tarapoto,
la tierra natal del quien escribe.
Había llegado al lugar una hora antes de que se
dieran inicio las danzas típicas de la Amazonía del Perú. Me
contaron que la noche pasada también hubo una serie de
presentaciones culturales y artísticas en medio de la calle, que
lamentablemente no alcancé a asistir porque el plan de pasar las horas
nocturnas en grupo, con mi primo, su enamorada, las hermanas y sobrina de la
misma, y yo, por supuesto, quedó al aire. De toda esa gente, mi primo se
comprometió de ser el anfitrión; pero al final todo se fue al agua porque se
había encontrado con un tío después de muchos años, y acabó saliendo con él a
beber unas chelas (cervezas) en uno de los tantos bares de Moyobamba.
Además, si hubiese salido con mi pariente y las chicas, quizás me hubiese
agarrado el sueño en poco tiempo, ya que mi día estuvo agotador. Los que han
estado leyendo los anteriores posts sabrán la mayoría de cosas que realicé
durante el sábado 7 de noviembre del año que recién terminó.
Un breve resumen: Me levanté de cama a las 2:50 a.m. para hacer algunas
tareas pendientes, cerca de las 4:00 a.m. me retiré de casa directo al paradero
de combis que hacía ruta a Moyobamba, partimos minutos antes de las 5:00 a.m.,
llegamos en 2.25 horas, ingresé al Festival de la Orquídea a las 9:00 a.m. más
o menos, me retiré de las instalaciones de la exhibición a un cuarto para
las 11:00 a.m. aproximadamente, me fui a pie hasta el puerto de Tahuishco y
paseé en bote, desde el mediodía caminé como 10 kilómetros hasta el recreo
turístico “Los Baños Termales de San Mateo”, regresé de allí a la ciudad
de la misma forma, esperé a mi tío y primo hasta que se quitaran de un curso,
asistí a misa con mi tío, caminamos a la casa de un amigo... Puede que lo
que les esté relatando hasta el momento ni siquiera les interese, puesto que
estoy desviándome de lo que puse de título. Pero, ante todo, debo ser
directo con ustedes, amables lectores y visitantes de Me Escapé de Casa: en esta
entrada no hay mucho que escribir, por tal razón he colocado el vídeo
editado de las danzas selváticas sólo al comienzo. Las fotos,
como ven, las colgué de forma distribuida y secuencial, según
el desarrollo del acontecimiento étnico.
La
primera imagen que pueden apreciar la obtuve a unos escasos minutos de que el
grupo de adolescentes empezara con sus coreografías sanmartinenses.
Cada vez más fueron poniendo un ambiente festivo y lleno de jolgorio. Un
muchacho del elenco danzarín acompañó al conjunto de música típica, tocando el
tambor a un ritmo contagioso. Algunos de sus compañeros aún se vestían sus
trajes de indios y otros permanecían parados o sentados, esperando el aviso
para ir a la “pista de baile”. La segunda foto es la de casi todo el
grupo posando frente a un arsenal de cámaras fotográficas y filmadoras. La
tercera y la cuarta son imágenes que capturé mientras los jóvenes talentos
hacían lo que mejor sabían: danzar… Y como han ido observando en el vídeo y
en las imágenes, el mirador de Tahuishco se amontonó de turistas y
visitantes nacionales y extranjeros, cada uno con ese gran interés de valorar
lo étnico de la selva peruana.
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