28 enero 2010

Publicado enero 28, 2010 por con 2 comentarios

Exposición de Pintura y Escultura en el Altomayo (Turismo Cultural)


Antes de comenzar con el tema principal de este post, debo decirles algunos puntos importantes que deben tener muy en cuenta a partir de hoy, durante un periodo determinado de semanas, o de meses (tal vez). Todo depende de las horas de tiempo libre con que vaya a contar. De modo, que sin más, les explico: A causa del ajustado horario en otras actividades, es una pena que no me alcance para subir imágenes en alta resolución de las últimas entradas a un servidor para su libre descarga, pero les prometo que en un futuro próximo lo haré, o si desean se las puedo mandar unas cuantas a su correo electrónico, quizás una foto que quieran verla a detalle (de un esculpido por ejemplo). Lo siguiente que es mi deber informarles, lectores y visitantes de Me Escapé de Casa, es crucial para el progreso del blog, ya que, tras haber publicado bastante sobre segmentos turísticos de la región San Martín, es momento que también me dedique a brindar datos de lugares fuera de las fronteras de mi departamento y país (Perú), así como hice en un par de posts pasados: Guía de Viajes a Sudáfrica y algunas Recomendaciones Parte I y Parte II. No obstante, habrá ciertas entradas referentes a sitios turísticos de mi tierra y otras que nada tengan que ver con la temática central del blog (Miscelánea)… Y así, esto es todo lo que quise comunicárselos. Y ahora sí pueden observar y dar lectura de lo que he sido testigo en una de mis últimas escapadas (la acostumbrada combinación de fotos, texto y vídeo):
El 8 de Noviembre de 2009, mientras esperaba a que se iniciaran las Danzas Típicas de la Selva Peruana, números artísticos que eran parte del cronograma del XIV Festival de la Orquídea 2009, celebrado en el boulevard de Tahuishco de la ciudad de Moyobamba, fotografié y saqué algunas tomas de una exposición de pintura y escultura representativas del valle del Altomayo y alrededores, que por supuesto también pertenecía al conjunto de actividades del festival floral. En definitiva, no menos interesante e igual de atractiva.
Había sido uno de los primeros en llegar al lugar. Aún estaban acomodando las obras de arte (cuadros en su mayoría) en diferentes espacios del reducido ambiente. Así fue. El sitio en donde se exhibieron las muestras del talento amazónico era sólo un área en la que cabían un máximo de 30 personas. Cuando aparecí allí, no vi a otra gente que no fuera trabajadora (montadores o personal de limpieza). Aproveché en fotografiar en los momentos que el equipo de laboriosos se mantenía alejado de las pinturas, entre las cuales había unas cuantas que se encargaron de cubrirlas con una lámina de vidrio, no recomendable para tomarlas fotos con flash, puesto que saldrían brillosas o empañadas. Situaron a las pinturas en trípodes, caballetes, colgadas en clavos, pendidas del techo, e incluso sobre sillas o mesas. En esos instantes, todavía no sabía que traerían esculturas. Pensé que las mesas (sin manteles) que se hallaban en medio del ambiente del boulevard moyobambino tenían un destino muy distinto, exactamente como para que los trabajadores se pararan encima y alcanzaran a acomodar algo que no podrían desde el suelo. Más tarde vería a espléndidas obras de arte sobre ellas, que deberían además ser expuestas en eventos de mayor envergadura o de mayor afluencia turística de variadas nacionalidades. A estas alturas, cabe matizar que en la región amazónica del Perú la manifestación cultural de los pueblos debe ser valorada en todos sus aspectos, ya sean en el baile popular, costumbres ancestrales, conocimientos adquiridos generación tras generación, gastronomía, arte (dicho sea este caso), entre muchísimos más.
Las pinturas que aprecié, fotografié y filmé durante unos minutos de esa mañana de Noviembre, asaltaban cualquier mirada, ya que los colores con que fueron pinceladas refulgían desde lejos, a pesar de que las pusieron bajo sombra. Lo cierto era que todo en el mirador de Tahuishco estaba salpicado de colores llamativos. Y destaco una cosa: el tema principal de los cuadros era la flor representativa de la ciudad de Moyobamba, la bella orquídea. El asunto es que en realidad pintaron lienzos con dibujos de orquídeas de diferentes especies, todas oriundas de la selva del Altomayo, una maravilla del Perú… Claro que aparte expusieron pinturas con otros motivos, tal y como pueden ver en las imágenes de este post, lectores y visitantes; de manera que si quieren hacerme algún comentario, estaré dispuesto a responderles.
Cuando di de nuevo mi vuelta por la exposición, me topé con unas impresionantes esculturas. Dos de éstas la subí a esta entrada. Ustedes opinen,

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2 comentarios:

  1. Interesante, deberias poner mas temas sobres esto.

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  2. Claro, pondré más temas sobre esto. Dentro de poco lo podrán ver.

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