Tras mucho tiempo de no publicar poemas en este blog, en esta ocasión quiero compartir con ustedes unos versos que me estoy dando el espacio de escribirlos en medio de mi tan copada agenda. Experto en la materia no me considero, apenas un aficionado que gusta de escribir de vez en cuando unas cuantas rimas. Sírvanse a leer, los invito:
Su vanguardia plomiza a lo lejos se veía,
todo
acataba al poder del guía.
Allá
arriba, más oscuro se hacía,
pero
no tan sombrío todavía.
Quizá
solo así se quedaría.
“Mansa
y reconfortante”, cara mía.
Trompetas
modestas cantan a su majestad,
el
perfume del guía huele a humedad,
resultase
que ahorró su vitalidad,
que
sólo usaba de su fuerza la mitad.
Su
alteza traería generosidad,
bendiciones
y grata igualdad.
Sintió
mi brazo la primera bendición,
se
inició a volumen bajo cual canción.
“¡Ven!
Empapemos nuestra unión,
limpiémonos
la depresión,
un
rato olvidemos esa desesperación
que
pilló al mundo y ahora a la nación.”
“Escuchemos
el repiquetear de la melodía,
disfrutemos
del petricor del día,
hagamos
del pudor una herejía,
seamos
niños todavía
que
las gotas nos den alegría
y
veamos el fin de las charcas vacías.”
¿Qué
no está mojado ahora?
Ya
nada seco hay de lo que adoras,
plantas,
tierra y hasta del árbol su lora.
La
reina del cielo dejó su marca de autora,
con
su ejército de gotas purificadoras
que
germinó a la semilla justo en hora.
Pétalos
y plumas reposan mojados,
cabellos
chorreados y dedos arrugados.
por
ahí me fijo en tus pezones levantados,
tiritas,
te tiendo las manos
y
nos abrazamos duchados,
con
ropa encima y los poros ajados.
Adormilados,
respirando paz,
de
los estornudos no recordamos más.
Bañarnos
a la intemperie resultó eficaz,
tal
vez algo fugaz,
pero
que ya casi nadie es capaz;
y
sé que si te llamo, vendrás.
-o-
Y ahí lo tienen, lectores. ¿Qué pensaron? ¿Algo erótico? Pues no… pero, con el título puede abrirse una serie de interpretaciones. Fue la lluvia que nos moja. Los adultos deberían atreverse a bailar bajo un chaparrón sin el temor al qué dirán o sin el miedo de pescar un resfriado. Es reconfortante, se los aseguro. Luego ya, por favor, se secan. No vayan a ser más vulnerables a “eso” que nos tiene en vilo.
Un
vídeo referencial, edición de mi hermano Juan Luis Rodríguez:
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