Hoy,
22 de mayo, el presidente Martín Vizcarra dio la conferencia más esperada por todos
los peruanos durante esta cuarentena en Perú. Es un hecho que la mayoría de
la población está preocupada frente a esta disposición. Improperios de todo
tipo se han manifestado en las redes sociales y no sería sorpresa que en el transcurso de los días mucha gente salga a
trabajar como siempre lo han hecho desde antes de la pandemia, pues alrededor
del 70% de los peruanos labora de forma independiente y debe ganarse el pan de
cada día por su cuenta.
Por
ende, haber seguido con la cuarentena no
ha tenido sentido, ya que se trata de una medida que no corresponde a la
realidad, a la realidad peruana. El sistema de salud no estará preparado de
la noche a la mañana, en cuarenta días no se hará lo que en cuarenta años no se
pudo. Tampoco con un mísero bono las familias podrán subsistir y eso si alguna
pueda aprobar. Un sistema como este no puede ser programado en un santiamén, la burocracia atrasa más la situación.
El presidente dispuso que solo se desempeñarán ciertas actividades.
Aún hay problemas técnicos, pero puedes seguir intentando:
“Declarar
el Estado de Emergencia a partir del lunes 25 de mayo hasta el martes 30 de
junio de 2020 y dispóngase el aislamiento social obligatorio, cuarentena, por
las graves circunstancias del COVID-19”, dijo al
iniciar esta tarde el mandatario.
“Esta
etapa hasta fines de junio coincide con la fase de la reactivación económica,
con el control adecuado y el cuidado sanitario. Lo que permitirá los puestos de
trabajo que necesitamos todos”, prosiguió.
Nadie
ha podido predecir que todo esto sucedería en el Perú, ni el presidente ni el
más ducho analista. El mundo entero está metido en el juego de la ruleta rusa. Cada país tiene una realidad diferente y
cada persona tiene la suya. Con o sin corrupción en este Gobierno nadie sabrá
los resultados. Incluso en los países con el más alto grado de disciplina
se ha observado que el Coronavirus se ha extendido por todo el territorio. Los
medios de comunicación han hecho que el COVID-19 sea más famoso que mortal.
No importa del país que seas, igual este virus será tema en todos los
noticieros, principalmente en los países neoliberales donde la minoría sale
favorecida. El presidente en este
contexto de alguna que otra forma está metido dentro de un entramado político
presionado por un maremágnum de imposiciones.
Artículo de interés:
Los
peruanos somos víctimas de nuestra propia realidad, una que se fue sembrando furtivamente
desde antaño. Y estaremos equivocados si seguimos creyendo que un
presidente nos gobierna. Claro que cuando la desesperación se apodera de cada
uno sabemos que el único quien nos gobierna es uno mismo, tirando a la basura
lo que nos muestren o nos hagan escuchar. Ser un rebelde no es solo ir contra
la Ley, sino también ir contra lo que no es Ley. Ser rebelde es actuar por tu propia cuenta, bajo tus propios preceptos
y necesidades.
Partidarios
o no del Gobierno sabemos que hay muchas falencias que si no son corregidas a
tiempo, o las acciones no sean reivindicadas o los dichos no sean retractados,
pronto nos seguiremos hundiendo más como nación.
Ya
cada quien bailará con su propio pañuelo. ¡Pero cuidado! Es indispensable ser más cautos y no infringir de inconscientes. Hay hambre, hay sed, hay más enfermos.
Por ahí rescatemos lo que dice el
presidente de que “esto está marcando un
antes y un después en la historia del Perú y el mundo. Debemos aprender a
transitar hacia una nueva convivencia. Nada volverá a ser igual”. Queremos o no, esta pandemia, o como
ya se lo ha llamado también “plandemia”, nos trajo a estas circunstancias. Aquí
hay alguien que está mucho más arriba que un simple Jefe de Estado. El trabajo
de mediador no es sencillo y tiene por un lado simpatizantes y por otro
detractores, es normal eso en política. Cuando el dedo aprieta más la llaga, se
genera más el caos, y eso aplica para todo, desde quienes están más abajo hasta
quien está más arriba, más arriba aparentemente.
“Necesitamos
una nueva convivencia que respete el medio ambiente, que nos agradece la tregua
que le hemos dado. Este nuevo decreto lleva el título: 'Ciudadanía hacia una
nueva convivencia social', y no tiene el mismo formato que los 5 decretos
supremos de declaratoria de emergencia anteriores”, enfatizó
también hoy Vizcarra.
Entre
las actividades que se estarían
añadiendo a la reactivación se incorporará una serie de medidas de flexibilidad.
Entre dichas actividades se encuentra el comercio
electrónico: venta de ropa, calzado y
electrodomésticos; aparte de servicios de informática, veterinaria y hasta fútbol profesional.
No está permitido, todavía, de que se abran las tiendas
comerciales, ya que una tienda de venta de ropa o librería puede
tener multitud de personas. Pero eso sí podrán
trabajar por delivery. Por supuesto, esto no beneficia a la mayoría de peruanos, pues aún la tecnología
digital no es muy utilizada. Sin embargo, esto nos abre a un nuevo camino que
debemos seguir aunque cueste mucho a un principio. De algún modo hemos desembocado en esta crisis que exige el uso de la
tecnología, sobre todo el trabajo a distancia o las ventas y servicio online.
Una pequeña muestra de que estamos entrando a la Nueva Era Tecnológica. Por
ahora quizá sirve a muchos seguir de rebeldes, pero con el tiempo se los considerará
obsoletos y condenados a desaparecer. Así de cruda es la realidad. Esto no
lo controlan nuestros alcaldes ni nuestros gobernadores ni nuestros ministros
ni nuestro presidente. Hay alguien más arriba que nos ve como ovejas
enrumbadas directo al matadero. Por ahora a seguir sobreviviendo, pero más
tarde, ¿qué proponen hacer?
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