28 octubre 2011

Publicado octubre 28, 2011 por con 0 comentarios

XV Festival de la Orquídea 2010 (Moyobamba, Perú)- Parte V

Transcurrida más o menos media hora de mi permanencia en el XV Festival de la Orquídea, incliné hacia abajo la cámara para, desde esos instantes, disparar el flash a las plantas que se exponían al nivel de la tierra, pues mayormente estuve fotografiando a la flora que se exhibía encima de las cabezas del público. En el suelo había más que ver, una gran variedad de orquídeas, bromelias, heliconias y helechos puestos sin aparente orden. El estado de sus flores u hojas estaba en algunos en plena fertilidad, mientras que en otros (muy pocos) en inicios de marchitación. En las imágenes en alta resolución que podrán descargar dentro de unos días, apreciarán detalladamente lo que durante estas entradas es imposible… Las plantas yacían sembradas en bandejillas, en macetas (de losa, barro o plástico), en bolsas para plantar, o incluso en prácticos envases de ensalada. Como dije, había aserrín disperso en toda la superficie de los jardines, en varias zonas mojado o húmedo por el constante rociar de los criadores. A menudo veía a tipos usando sendas mangueras, rociadores, o regaderas. Nada del agua echada a estas bellas plantas (las orquídeas principalmente) les caía en grandes chorros, ya que la manera correcta de hidratarlas y refrescarlas es a través de goteo, como el precipitar de la garúa o la lluvia calmada.
Bajo la sombra de los árboles la temperatura era en torno a 5 grados menos que en el sol. El olor que predominaba era el de tierra y madera mojada, y si te acercabas a las flores, más del 90 por ciento expelía una exquisita fragancia. Fuera de estos olores, por ratos llegaba a mi olfato la inconfundible esencia del musgo de coloración verde oscura, más conocido como “zorrapa” en la selva de Perú. Esta Bryophyta crecía sobre la base de las plantas, en la tierra de las macetas, en las rocas, y en la parte baja de los tallos de los árboles, es decir, donde la humedad prevalecía, ahí invadía el musgo. Pero no vayan a pensar que esta planta no vascular es una especie de parásito que perjudica al desarrollo de las orquídeas y del resto de la flora mostrada en la festividad moyobambina, si no, es todo lo contrario, pues el musgo actúa como una clase de sustrato, que no resulta ser otra cosa que la misma nutrición, reproducción y relación. Las orquídeas por necesidad deben enraizarse en superficies con alto contenido de agua o las que frecuentemente son remojadas, ya sea por acción natural (lluvias) o artificial (intervención humana). En cada uno de los Festivales de la Orquídea, una labor vital de los floristas y criadores, aparte de exponer y vender sus coloridas plantas, es la de mantener por el mayor tiempo posible hermosas a las flores, altivas y con los pétalos erguidos, presentando su mejor frente y perfil a cualquiera que las observe durante los días que se lleva a cabo el evento. Y para que se cumpla tal meta, los responsables hacen denodados esfuerzos, rociando sus plantas en proporciones que sólo ellos, por experiencia y conocimiento letrado, lo saben muy bien. Tengan en cuenta, además, que esto es un trabajo que se ha librado desde hace unos meses: lo difícil es que se consiga la floración justo en las fechas que se va a celebrar el festival sanmartinense, porque si no, dónde estaría la gracia de asistir al mencionado acontecimiento, y aún si vas con las ganas de sacar unas fotos.
En tanto filmaba a unas orquídeas muy cerca de un hombre que rociaba sus plantas, más gente fue ingresando a los ambientes del festival por el mismo puentecillo que su fiel servidor lo hizo. Juanito, mi hermano, había desaparecido; tampoco veía al señor con quien hace unos minutos estuvo conversando. Dónde habrá estado. Lo cierto, es que pronto nos encontraríamos. No dejé de seguir en lo mío. Algunas veces capturaba vídeos y otras fotografías. Por ejemplo, lanzaba el flash a grupos de orquídeas o bromelias, y luego retrocedía sobre mis pisadas para ahora grabarlas en vídeo. Esta era una operación que en cada pericia fílmica implicaba obtener buenos enfoques, estabilizando al máximo la cámara en un momento dado y moviéndola con lentitud y rectitud. Ya por ser solamente una cámara fotográfica digital algo obsoleta, con una opción de “Grabación de Vídeo” en baja resolución y zoom, se presentaba complicado al intentar sacar unos cuadros consecutivos nítidos, sin o casi nada de borrones u opacos. Espero que dentro de no mucho tiempo llegue a comprarme una cámara fotográfica profesional o semi-profesional y una de vídeo que filme al menos decentemente. Tal vez así obtendría mejores tomas que las de la planta en forma de arbolito de navidad (dudo si es una especie de pino) y las orquídeas blancas sembradas en macetas y puestas en un lugar umbroso. Si todo va por buen camino, no tardará en “caerme un billete” y en el momento menos predicho podría estar debidamente implementado, con el equipo adecuado para inmortalizar todo lo que voy conociendo en mis escapadas, de un modo mucho más elegante.
Luego de dar mis vueltas por los dos árboles en los cuales se exhibía plantas ornamentales de diferentes tipos, empecé un recorrido por los jardines que montaron a los costados, que, así como los del centro, eran los espacios que los criadores habían reservado a la Municipalidad de Moyobamba para mostrar sus orquídeas, bromelias, helechos, etc. En cada jardín, en una parte muy visible a los ojos de cualquiera, hasta del más distraído, se leía el nombre del “Orquidiario” o vivero al que pertenecía las plantas, tipeado en un papel o cartulina con letras grandes tipo imprenta. Algunos de los criadores o propietarios de los viveros estaban sentados o parados de espaldas a sus jardines, esperando que un curioso pasara para comenzar a hablar. Este recitar por parte de los floristas consistía primeramente en explicar de forma escueta y acelerada su conocimiento sobre las plantas que el visitante tenía ante sí, y concluía inquiriendo si la persona deseaba llevarse a casa uno o más especímenes. El segundo jardín, al que también acabé fotografiando y filmando, se distinguía mucho de los demás: sus plantas crecían en tierra abonada con musgo en la superficie, fuera de macetas o cualquier recipiente. Las dos últimas imágenes son prueba de lo que les cuento… Y para terminar esta parte de la narración, les reitero que el XVI Festival de la Orquídea se inaugura hoy viernes 28 de Octubre. Perdónenme por no haber finalizado estos posts antes del bendito día, pero les juro que lo haré este mes.

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