30 mayo 2012

Publicado mayo 30, 2012 por con 0 comentarios

El Shilcayo y sus Cascadas (Cordillera Escalera, Perú) / Información Ecoturística de Interés


Escribo este post como antesala a los siguientes que publicaré o a la próxima serie de entradas que formarán parte de la narración sobre una caminata. Los que quizá me lean frecuentemente, recordarán que de la segunda (2) hasta la veintiunava (21) entrada de Me Escapé de Casa me ocupé de contar los sucesos de una caminata realizada hacia una caída de agua localizada en la cordillera Escaleraselva amazónica del departamento de San MartínPerú. Aquellos posts se titulaban Caminata a la Primera Cascada del Río Shilcayo, veinte (20) de éstos conformaban la narración en sí y el otro era el resumen de la misma con un vídeo al final. Pero ahora hay un “pequeño” detalle que me urge dejar en claro y que antes, por mucho tiempo, lo ignoraba. Estoy relatándome, estimados visitantes y lectores, al nombre real o propio de la cascada, al nombre con el que en verdad la bautizaron. Eso me enteré luego de más de dos años y medio de conocerla en persona, a través de Juver Tuanama S.un guardaparques y guía de la cordillera Escalera. La primera cascada del río Shilcayo es correctamente llamada cascada Vestido de la Novia. La pueden ver en la cuarta fotografía, tomada durante la caminata de aquel 13 de Septiembre del 2008.

Aparte de la “primera cascada del río Shilcayo” sabía que había otras; no precisamente cuántas, pero sí que se ubicaban más lejos, adentrándose más en la floresta. Recién, el 29 de Abril del 2011, el señor Tuanama me explicó que existían seis caídas más: Tamushal, Julián Pampa, Vinoyacu y las Tres Marías (un trío de cascadas contiguas). A continuación la historia de cómo me llegué a informar de todo esto:
(Notas: 1.- Las fotos que aprecian entre líneas no han sido capturadas ese día, pues no porté cámara. 2.- Me he guiado de mis notas con aires de diario).

Era viernes, poco más o menos de las 2:00 p.m., con apenas 13 nuevos soles en el bolsillo, salí de casa sin rumbo aparente. Tras dar unas vueltas por calles de la parte alta de la ciudad (Tarapoto), me dirigí caminando a la bocatoma del río Shilcayo, no sin antes abastecerme con cuatro latas de cerveza en una bodega del barrio Suchiche. Mi físico descendía en picado y la necesidad de recorrer un buen trecho se hizo ineludible. La bebida, una de mis preferidas (aunque no de marca), era para tratar de adormecer los músculos y caminar sin sentir mucho la fatiga, cosa que dudé lo lograría, ya que, en esa tarde, la temperatura máxima registrada fue de 32 grados Celsius (bajo sombra). Bajo el despejado cielo la sensación térmica era de tal vez 40 o 42 grados. “¡Cambio climático endemoniado!”, mascullé.
El sol no calentaba. Quemaba. Durante el trayecto de ida saqué dos latas de la discreta bolsa negra que me entregaron al comprarlas. Las bebí a grandes sorbos. Antes de aproximarme al ingreso de la bocatoma del Shilcayo, camuflé cuanto más pude tanto a las latas vacías como a las llenas. Me di con la sorpresa de que había una garita construida a la izquierda del senderoUn guardaparques, Juver Tuanama, estaba de servicio en el nuevo puesto de control. Temía que si viera las cervezas, me impediría el paso. Conversé con él unos minutos, siempre desviando su atención de la bolsa negra. Al final, no me gustó el hecho de pagar 2 nuevos soles por penetrar al Área de Conservación Regional Cordillera Escalera, dado que nada más estaría en los límites, bañándome en la poza al lado de la bocatoma. Desde el 20 de Enero de ese año por dicha zona se encontraba operativo un grupo de gente con el objetivo de velar por la naturaleza, principalmente cuidándola del mismo hombre. Así, con un recibo y un folleto (díptico) en el bolsillo, me apresuré en llegar al río. Y cuando me dispuse a refrescar el cuerpo buceando en el Shilcayo, una pareja de campesinos pasó cerca de mí, bajando las gradas de la bocatoma. Los saludé y al punto me zambullí al agua. Mi billetera con los papeles dentro, teléfono móvil, llaves y la bolsa con las latas, fueron previamente acomodadas entre unas rocas secas de la orilla, oculto a la vista de cualquiera. Sobre la conversación con el guardaparques y el contenido del díptico les contaré más adelante.

Mientras me bañaba en el Shilcayo, un guía regresaba con dos turistas (mujeres). Una de ellas, me dijo ser natural de Australia y que las cascadas (las dos primeras) les pareció “fantástico”. Al retirarme del agua, tomé la tercera cervezaTodas mis pertenencias, por alguna extraña razón, estaban empapadas. En ese momento no me acordé de los papeles guardados en el interior de mi billetera, la misma que la volví a meter en el bolsillo trasero derecho. Un descuido inexcusable. Quise evidencia e información impresa, obviamente. Pero mi lapsus de distracción, mi maldito lapsus de distracción, provocó que casi perdiera el recibo de ingreso. Lamentablemente, el folleto, que a su vez “envolvía” al ticket, acabó en peor estado. Recién cuando me hallaba a pocos metros de la garita recobré la memoria.
En la casilla, dialogué de nuevo con el señor JuverLe pedí un segundo impreso y que otra vez escribiera sus datos por detrás. Lo hizo sin chistar, pero se negó a darme otro recibo y lo comprendí, el de mi poder estaba chorreado de agua y no dejé de conservarloRetorné a Tarapoto, llevando el pequeño papel en la palma de la mano para que se secara con los ardientes rayos del sol atravesados por las ramas de los árboles. Eran ya más de las 4:00 p.m. Ocurrieron sólo cinco o diez minutos y otro incidente se me vino encima: La última chela que bebía se me deslizó de los dedos y terminó mojando más al recibo y un poco al díptico. Definitivamente no fue mi día. Pese a todo, ni por un segundo di señales de rendirme. Todavía tenía esperanzas de salvar las "evidencias”.

A medio camino encontré a un par de jóvenes de raza oriental, que no estoy seguro si eran chinos, japoneses o coreanos. Creo que fueron chinos. Uno de ellos fotografiaba a un insecto con una cámara profesional. El que lo acompañaba dijo que intercambiaban las fotos. Tras una brevísima plática, retomé mi vuelta a casa. Eché las latas vacías en el tacho de una construcción del barrio SuchicheEn torno a las 5:15 p.m. estuve otra vez en mi habitación, a la que ni bien entré, me acosté en el piso. Felizmente aquella tarde no acabó en contrariedad. El recibo y el folleto habían secado. Las arrugas eran lo de menos. Sólo repinté las letras y números del ticket para que se notara lo manuscrito por el guardián del bosque.

Ahora, me ocuparé de contarles lo reunido de la conversación (puede decirse hasta entrevista) con el guardaparques y explicarles el contenido del díptico: La Asociación de Protección Flora y Fauna, en convenio con el Gobierno Regional de San Martín y el Proyecto Especial Huallaga Central, se encargan de proteger el Área de Conservación Regional Cordillera EscaleraEMAPA San Martín también participa. La afluencia de turistas a las cascadas no es poca; franceses, alemanes, holandeses han visitado estas caídas de agua, y mis compatriotas (peruanos) no se quedan atrás.
Primera página: Carátula con imagen de una cascada y las instituciones involucradas. Segunda página: Introducción y fotos de tres cascadasTercera página: Más fotos de cascadas y de la naturaleza, servicios brindados (circuitos ecoturísticos de uno y dos días). Cuarta página: Mapa de la zona (cualquier duda preguntar), contacto al teléfono 53-2063 y al correo electrónico asociacionpff@hotmail.com, preguntar por el señor Feliciano o Néstor, especialmente por el primero; el guardaparques Tuanama también me ofreció sus servicios de guía turístico, dejó su número de celular (978-773232), cobra S/. 30.00 por persona en un grupo de cinco (más barato que los anteriores), y sus tours incluyen todas las cascadas indicadas en el mapa. / Véase el documento PDF:


Más puntos que deben saber antes de leer los siguientes posts: No recuerdo la fecha exacta de aquella caminata, sólo sé que fue en un día durante los primeros meses del año 2010 (las disculpas del caso por olvidarme de registrar). Sucederá regular tiempo hasta que publique la historia, a pesar que cuando en una entrada de la Mochila del Caminante, mi otro blog, pensé que lo haría “muy pronto”. Las personas, fuera de mí, que participaron en la caminata, eran: JuanitoCayoGinaDanteAbelMaju, Paquita y Meyer. Los motivos por los cuales no escribiré más partes, tal y como lo hice en la Caminata a la Primera Cascada del Río Shilcayo, son: Cuento con pocas fotos de la naturaleza, más hay de personas en medio de ella. No llevé cámara fotográfica confiando que el resto lo haría, y así pasó, pero las imágenes las obtuve de un solo integrante del grupo (la mayoría de sus amigos más cercanos). Desistí de subir fotos o imágenes de otros sitios web, no deseo volver a lo hecho en el pasado. Percibo algo redundante narrar el trayecto a la primera cascada, Vestido de la Novia, si ya describí lo observado en el sendero y a los lados de éste en casi veinte entradas. Además, no dispongo de fragmentos fílmicos que valgan la pena, que podrían enriquecer el relato. A Dante, el camarógrafo, parece como si le hubiese tragado la tierra; contactar con él me fue imposible.
Y para cerrar con broche de oro este artículo, les habilito un botón para que lo cliqueen y descarguen nueve (9) fotografías de caídas de agua. Son de la mayoría que conozco, solamente faltaría la Cascada de La Unión. Estas son: Catarata de Ahuashiyacuprimera, segunda y tercera cascada de Lahuarpíacascada de la biodiversidad de la UNSMcascada de ChapawankiCatarata de Huacamaillo, y las cascadas del Shilcayo, el Vestido de la Novia y Tamushal:

FOTOS DE CAÍDAS DE AGUA QUE CONOZCO_(2008-2010)_Me Escapé de Casa
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