19 mayo 2020

Publicado mayo 19, 2020 por con 0 comentarios

La Comida Chatarra y el Coronavirus: Largas colas en Perú para la compra de alimentos ultraprocesados


Mucha gente no se aguanta por darse el gustito que tanto estaba esperando. Y es que la comida chatarra se ha vuelto adictiva a lo largo del tiempo y más aún es la desesperación por probarla luego de tantos días de confinamiento domiciliario por la pandemia de Coronavirus en el Perú. En realidad, como ya sabemos, aún no acaba la cuarentena en nuestro país, pero ya los restaurantes han abierto sus puertas bajo el decreto y las reglas que el Estado estableció.
No obstante, solo una minoría de restaurantes ha sido beneficiado con estas nuevas medidas, ya que implementar y poner en marcha de nuevo el rubro requiere invertir mucho más que antes que se impusiera la cuarentena en el Perú. Es necesario adoptar altos estándares de seguridad para el despliegue en el negocio. De esta manera, esto solamente ha beneficiado a los restaurantes que cuentan con grandes recursos o son populares por su afluencia.

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El peruano se caracteriza por su gran afinidad al consumo de comida chatarra o alimentos ultraprocesados. En distritos como San Juan de Lurigancho, por ejemplo, se han visto conglomeraciones de personas a la espera de ser atendidos en el local de comida rápida KFC. Gente de todas las clases sociales unidas por un solo sentimiento: su adicción a la comida chatarra. Sin embargo, esta unión no causará otra cosa que consecuencias, demostrando que la ignorancia es la causante de nuestra ruina y la irresponsabilidad el propulsor para que los casos de COVID-19 sigan incrementándose.

En las colas no se respeta la distancia y las personas hacen lo que les da la gana, ya que todos esperan apremiantes su pedido de pollo y papas fritas, todos ansiosos viendo hacia adelante y saber así cuánto falta para llegar a la caja. Como se nota, la empresa no está poniendo el orden adecuado que el Estado delegó. Se ha observado que muchos comensales no están respetando el distanciamiento social. Por ahí un problema: el foco infeccioso y por el mero hecho de consumir algo que solo beneficia a las transnacionales.

El otro problema latente en la salud se origina del consumo excesivo de este tipo de comida. Una inconciencia total de muchos peruanos que buscan satisfacer un deseo mórbido por las grasas saturadas. Sabemos ya, de antemano, que el Coronavirus no es una enfermedad mortal como tanto lo hacen ver los medios, sin embargo, cuando uno es infectado por este bicho y es consumidor corriente de alimentos ultraprocesados el sistema inmune se debilita, puesto que su organismo no asimila ningún nutriente esencial que lo ayudará a combatir los males. Las personas que más riesgo corren de morirse por COVID-19 son las que padecen de diabetes, que cuentan con alto contenido de triglicéridos y, por lo tanto, tienen obesidad. Ellos son los más vulnerables, ahí el segundo problema.

Los medios de comunicación, lo único que hacen son fundamentalmente dos cosas: bombardearnos con cifras estadísticas y aconsejarnos al lavado de manos e higiene en general. Casi nadie se encarga de orientar a la población para mantener una alimentación nutritiva. No se ven comerciales donde se fomente el consumo de ensaladas o fibras, solo se ven donde muestran frituras, harinas refinadas y bebidas gaseosas, cada una altamente tóxica para el organismo, y mucho peor sino practicas deporte y tienes una vida sedentaria. En tal sentido, la única publicidad que se puede rescatar del Gobierno es el fomento al aseo y a la desinfección, además de las múltiples advertencias de mantener la distancia con los demás.
Por otro lado, recalcar que los nuevos protocolos que se decretaron para la venta de alimentos preparados solo están beneficiando a las grandes franquicias y/o cadenas de restaurantes, aquellas que cuentan con el capital necesario para poner en marcha estas medidas. Es una lástima que no exista una cadena que ofrezca comida saludable en el Perú, y si es que existiera, la gente no acostumbraría a comprarla. Este no es un problema que solucionaremos de inmediato. Depende de nosotros sembrar desde ahora la semilla en la cabeza de los niños para que sean adultos responsables no solo en su vida laboral o familiar, sino también con su salud.

En el Perú, un país con una amplia variedad gastronómica, ¿por qué se debería consumir comida chatarra que solo es sumergida en aceite y nada tiene de arte prepararlo? Tenemos tantos platos por cocinar, y además, peruano que no sepa cocinar, es como brasilero que no sepa bailar samba.

Y como para concluir, digo que no estaría mal comer de vez en cuando un pollito a la brasa acompañado de sus patacones o su tacacho, refrescado con su chicha morada. Pero no se olviden, eso sí, de mantener la distancia, y ser cuidadosos con los delivery. En contrapartida, ya se ha visto a varias familias que se preparan este tipo de banquetes en casa. ¿Usted pertenece a alguna de ellas?

No olvidar: “La alimentación balanceada es el muro contra muchas enfermedades”.
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