El sábado 9 de Febrero del 2008, un día en el que el sol no tuvo piedad de la piel, mi hermano menor, Juan Luis, y yo, cogimos la Honda Dax, la pequeña moto roja de nuestro padre (y casi nuestra), para salir rumbo Sureste, por caminos sin asfaltar y con repetidos baches. En un primer momento, pensamos sólo en ir al fundo de nuestra universidad, Juan con el fin de verificar su parcela de prácticas pre-profesionales y el quien escribe con el propósito de darle una mano, y luego, acabado el trabajo de campo, recorrer más hacia el punto cardinal nombrado. Aún no teníamos en mente en dirigirnos al destino turístico que pueden leer en el título, los petroglifos de Polish, localizado cerca al caserío Bello Horizonte, distrito de la Banda de Shilcayo, provincia de San Martín.
Eran las ocho o las nueve de la mañana cuando partimos de casa, ubicada en el barrio Partido Alto de la ciudad de Tarapoto. Hasta la Banda de Shilcayo casi todas las calles se hallan pavimentadas. Y ya fuera de la zona urbanizada de este último distrito, los caminos, las rutas paralelas a la carretera Fernando Belaúnde Terry- Sur (ex-Marginal), son en su mayoría sinuosos y pedregosos en superficie, además de serpenteantes en extensión. Desde que conozco estas vías rurales, hasta donde la mente me da (retrocediendo quince años tal vez), no han cambiado mucho con el paso de los años. Ni los efectos climatológicos ni la civilización mejoraron o empeoraron su aspecto. Y desde que fui en compañía de mi hermano, hasta la actualidad ya son más de cuatro años; les aseguro que los caminos casi no han variado, puesto que hace más o menos un mes que anduve por allíb Y, por otra parte, se preguntarán, “¿por qué he esperado tanto para que los petroglifos de Polish sean una historia más en Me Escapé de Casa?”. La verdad es que a un principio no tuve planeado narrarla, simplemente pensé dejar a aquel paseo como un recuerdo intangible que alguna vez lo disfruté con Juanito. Después, viendo que el legado de mis antepasados puede quedarse en el olvido o desconocimiento por parte de la juventud o las siguientes generaciones, decidí que era hora de dedicar un artículo, aplicando tanto la técnica narrativa como la didáctica, para que así, lo turístico e histórico se llegue a complementar en un solo post (que quizás se haga el más largo hasta la fecha)… Bueno, dicho ahora lo reciente, y aprovechando que el relato ha ido tomando forma, será una estupenda idea que reanude el mismo:
Arranqué nuevamente la Honda Dax entre las diez y diez y media. El trabajo en el fundo de la universidad fue terminado en tiempo récord. A bordo del vehículo, descendimos por el ramal que habíamos subido y salimos al camino principal, cruzamos un puente recién construido, volvimos a ascender, pero esta vez por una pequeña cuesta que viraba ligeramente a la izquierda y seguimos recto 1.5 kilómetros poco más o menos. Mientras conducía la moto durante los últimos metros, y siendo conscientes que hasta ese momento las direcciones en nuestro paseo se tomaron al mero azar, le propuse un lugar a mi hermano, y que, a ventaja de conocerlo de toda la vida, las probabilidades que estuviera de acuerdo, eran altas. Él aún no había estado allí, pero, como buen y hace poco interesado por la cultura peruana, sabía de su existencia, lo cual hizo que el autor de este blog obtuviera una respuesta rápida: “Vamos ya pues a Polish”. Y, segundos después, tras girar a la siniestra, me dijo, precisando algo más: “…pero yo manejo la Púlgar de regreso”. Acepté a regañadientes. Púlgar, para aclararles, era el nombre con que bautizamos a la moto, en referencia a un personaje de cuento de hadas, Pulgarcito, que debido a sus menudas dimensiones lo llamaron así. Y si les digo que la Dax nunca fue objeto de burlas, por su peculiar nombre, les estaría mintiendo. Pero eso nos tenía sin cuidado, en vista que a nosotros también nos causaba mucha gracia, sin importarnos que subestimaran la potencia del medio de transporte. Basta que nos movilice lo suficiente y no se pinchara una llanta para sacarnos del apuro y salir a pasear como en ese entonces… Y así que, no se sorprendan, si a partir de ahora, me remito a la Dax Honda como Púlgar.
No avanzamos ni quinientos metros y llegamos a otra bifurcación. Un letrero indicaba los destinos: Pueblo de La Unión a la mano izquierda y Polish a la derecha. Para mí no resultó necesario aquella leyenda o cualquier otra que apareció durante el trayecto. Mi conocimiento de la ruta aprueba como para ser un guía turístico. Las caminatas que realicé en el pasado han hecho que memorizara el rumbo hacia los petroglifos de Polish, pero durante esa soleada mañana del 2008, era la primera vez que me dirigí sobre ruedas, y eso volvía menos agotador el viaje. La Púlgar acortaba la distancia mucho más rápido que cuando se iba a pie o trotando. Sentí que el motor se fue calentando más y más, pues desde hace unos minutos que le metí más aceleración pese a los continuos baches y las seguidas curvas. ¡A qué adolescente o joven no le encanta la adrenalina!
Llegamos a avistar los petroglifos en menos de lo que canta un gallo. Una valla en medio del camino nos cerró el paso. De inmediato, unos “ronderos”, voluntarios que resguardan zonas y carreteras de la Amazonía peruana, vinieron a nuestro encuentro. El que parecía ser el más viejo, nos pidió una simbólica suma de dinero, en contribución a su lucha contra los “bandidos de los caminos”. No recuerdo cuánto exactamente aportamos Juanito y yo, pero sí que se quedaron satisfechos, que en seguida levantaron la tranca. Del otro lado, el ingreso a los petroglifos de Polish estaba como a quince o veinte metros a la izquierda de la vía rural. Podíamos divisar al poblado de Bello Horizonte desde nuestra posición. Doblamos y dejé la Púlgar en la entrada del complejo turístico. En línea recta, desde el límite entre Tarapoto y la Banda de Shilcayo hasta Polish la distancia comprendida es de 6.5 km. aproximadamente, pero ésta se alarga yendo por tierra hasta 3.5 km. más. Y las coordenadas geográficas de la parte central de esta zona de piedras grabadas son de 6° 31' 21.15" S 76° 18' 24.71" W, según lo calculado a través de Google Earth. La primera imagen representa un mapa de lo que acabo de describir, que lo podrán ver en alta resolución, clicando sobre éste.
Eran las ocho o las nueve de la mañana cuando partimos de casa, ubicada en el barrio Partido Alto de la ciudad de Tarapoto. Hasta la Banda de Shilcayo casi todas las calles se hallan pavimentadas. Y ya fuera de la zona urbanizada de este último distrito, los caminos, las rutas paralelas a la carretera Fernando Belaúnde Terry- Sur (ex-Marginal), son en su mayoría sinuosos y pedregosos en superficie, además de serpenteantes en extensión. Desde que conozco estas vías rurales, hasta donde la mente me da (retrocediendo quince años tal vez), no han cambiado mucho con el paso de los años. Ni los efectos climatológicos ni la civilización mejoraron o empeoraron su aspecto. Y desde que fui en compañía de mi hermano, hasta la actualidad ya son más de cuatro años; les aseguro que los caminos casi no han variado, puesto que hace más o menos un mes que anduve por allíb Y, por otra parte, se preguntarán, “¿por qué he esperado tanto para que los petroglifos de Polish sean una historia más en Me Escapé de Casa?”. La verdad es que a un principio no tuve planeado narrarla, simplemente pensé dejar a aquel paseo como un recuerdo intangible que alguna vez lo disfruté con Juanito. Después, viendo que el legado de mis antepasados puede quedarse en el olvido o desconocimiento por parte de la juventud o las siguientes generaciones, decidí que era hora de dedicar un artículo, aplicando tanto la técnica narrativa como la didáctica, para que así, lo turístico e histórico se llegue a complementar en un solo post (que quizás se haga el más largo hasta la fecha)… Bueno, dicho ahora lo reciente, y aprovechando que el relato ha ido tomando forma, será una estupenda idea que reanude el mismo:
Arranqué nuevamente la Honda Dax entre las diez y diez y media. El trabajo en el fundo de la universidad fue terminado en tiempo récord. A bordo del vehículo, descendimos por el ramal que habíamos subido y salimos al camino principal, cruzamos un puente recién construido, volvimos a ascender, pero esta vez por una pequeña cuesta que viraba ligeramente a la izquierda y seguimos recto 1.5 kilómetros poco más o menos. Mientras conducía la moto durante los últimos metros, y siendo conscientes que hasta ese momento las direcciones en nuestro paseo se tomaron al mero azar, le propuse un lugar a mi hermano, y que, a ventaja de conocerlo de toda la vida, las probabilidades que estuviera de acuerdo, eran altas. Él aún no había estado allí, pero, como buen y hace poco interesado por la cultura peruana, sabía de su existencia, lo cual hizo que el autor de este blog obtuviera una respuesta rápida: “Vamos ya pues a Polish”. Y, segundos después, tras girar a la siniestra, me dijo, precisando algo más: “…pero yo manejo la Púlgar de regreso”. Acepté a regañadientes. Púlgar, para aclararles, era el nombre con que bautizamos a la moto, en referencia a un personaje de cuento de hadas, Pulgarcito, que debido a sus menudas dimensiones lo llamaron así. Y si les digo que la Dax nunca fue objeto de burlas, por su peculiar nombre, les estaría mintiendo. Pero eso nos tenía sin cuidado, en vista que a nosotros también nos causaba mucha gracia, sin importarnos que subestimaran la potencia del medio de transporte. Basta que nos movilice lo suficiente y no se pinchara una llanta para sacarnos del apuro y salir a pasear como en ese entonces… Y así que, no se sorprendan, si a partir de ahora, me remito a la Dax Honda como Púlgar.
No avanzamos ni quinientos metros y llegamos a otra bifurcación. Un letrero indicaba los destinos: Pueblo de La Unión a la mano izquierda y Polish a la derecha. Para mí no resultó necesario aquella leyenda o cualquier otra que apareció durante el trayecto. Mi conocimiento de la ruta aprueba como para ser un guía turístico. Las caminatas que realicé en el pasado han hecho que memorizara el rumbo hacia los petroglifos de Polish, pero durante esa soleada mañana del 2008, era la primera vez que me dirigí sobre ruedas, y eso volvía menos agotador el viaje. La Púlgar acortaba la distancia mucho más rápido que cuando se iba a pie o trotando. Sentí que el motor se fue calentando más y más, pues desde hace unos minutos que le metí más aceleración pese a los continuos baches y las seguidas curvas. ¡A qué adolescente o joven no le encanta la adrenalina!
Llegamos a avistar los petroglifos en menos de lo que canta un gallo. Una valla en medio del camino nos cerró el paso. De inmediato, unos “ronderos”, voluntarios que resguardan zonas y carreteras de la Amazonía peruana, vinieron a nuestro encuentro. El que parecía ser el más viejo, nos pidió una simbólica suma de dinero, en contribución a su lucha contra los “bandidos de los caminos”. No recuerdo cuánto exactamente aportamos Juanito y yo, pero sí que se quedaron satisfechos, que en seguida levantaron la tranca. Del otro lado, el ingreso a los petroglifos de Polish estaba como a quince o veinte metros a la izquierda de la vía rural. Podíamos divisar al poblado de Bello Horizonte desde nuestra posición. Doblamos y dejé la Púlgar en la entrada del complejo turístico. En línea recta, desde el límite entre Tarapoto y la Banda de Shilcayo hasta Polish la distancia comprendida es de 6.5 km. aproximadamente, pero ésta se alarga yendo por tierra hasta 3.5 km. más. Y las coordenadas geográficas de la parte central de esta zona de piedras grabadas son de 6° 31' 21.15" S 76° 18' 24.71" W, según lo calculado a través de Google Earth. La primera imagen representa un mapa de lo que acabo de describir, que lo podrán ver en alta resolución, clicando sobre éste.
Los petroglifos de Polish están constituidos por un conjunto de cuatro piedras grabadas en bajo relieve, separadas en un área de 1.5 km. a la redonda y circulada por un cerco de alambres con púas y arbustos, propiedad de una familia de la zona. Pero el hecho de que este complejo arqueológico yace dentro de los terrenos de una chacra, los dueños han sabido respetarlo, trasladando sus cultivos un poco o muy alejados de las piedras, por lo que con el pasar del tiempo, además de ser un centro de investigaciones al aire libre, se está convirtiendo —y espero no pare de hacerlo— en un centro turístico, abierto para la observación, tomas fotográficas y filmaciones. Actualmente, el horario de visita es sólo durante algunos meses del año y es semi-restringido.
El nombre “Polish” quiere decir “llanura despejada”, revelando a la conformación geográfica, distribuida por terrazas, en la cual se diseminan los petroglifos. En 1966, fueron descubiertos por el arqueólogo cusqueño, residente tarapotino, Wilson León Bazán. El profesor da a entender que Polish constituye el testimonio del ingreso al valle de Tarapoto de los antiguos Motilones Lamistas, cuando, en reacción en contra del maltrato de los españoles, emigraron a su asentamiento original, la actual Lamas. Aún no es posible precisar la época de la que datan los petroglifos, aunque se presumen que pertenecen a la Edad Temprana de la cultura Chachapoyas. Se cree que los símbolos grabados en las piedras vendrían a ser una escritura del tipo mágico-religiosa de los primeros pobladores de la región San Martín del Perú. Estas inscripciones representan las figuras de animales, plantas y constelaciones, formando oquedades en filas, junto a siluetas de aves y reptiles.
Mi hermano Juanito y yo tuvimos suerte de coincidir en un día como aquel: el sitio estaba abierto al público y los rayos del sol eran tan fuertes que cualquier fotografía saldría nítida. Tampoco nos cobraron entrada. Dudo si no lo seguirán haciendo ahora… Y hasta este punto, antes de continuar con la narración y otros detalles científicos sobre Polish, les pasaré a definir un par de cosas, por si las ignoran:
¿Qué es arte rupestre?
Es conocido como arte rupestre a los rastros de actividad humana o imágenes que fueron grabadas o pintadas sobre superficies rocosas. El hombre dejó plasmadas en cuevas, cavernas, piedras y paredes rocosas, incalculables representaciones de animales, plantas u objetos; cuadros de la vida cotidiana, signos y figuras geométricas, etc., obras valoradas entre las más antiguas manifestaciones de su habilidad y pensamientos, siendo el reflejo de la capacidad intelectual para abstraer y reproducir la realidad. Su designación como “arte” no significa que se trate de objetos artísticos como hoy los entendemos desde la cultura occidental. Lo “rupestre” hace relación al soporte en que se encuentra (del latín rupe: roca). Tal vez sea más indicado el término “manifestaciones rupestres”, pues la palabra “arte” envuelve un sentido que no necesariamente armoniza con el que le han dado sus ejecutores.
El nombre “Polish” quiere decir “llanura despejada”, revelando a la conformación geográfica, distribuida por terrazas, en la cual se diseminan los petroglifos. En 1966, fueron descubiertos por el arqueólogo cusqueño, residente tarapotino, Wilson León Bazán. El profesor da a entender que Polish constituye el testimonio del ingreso al valle de Tarapoto de los antiguos Motilones Lamistas, cuando, en reacción en contra del maltrato de los españoles, emigraron a su asentamiento original, la actual Lamas. Aún no es posible precisar la época de la que datan los petroglifos, aunque se presumen que pertenecen a la Edad Temprana de la cultura Chachapoyas. Se cree que los símbolos grabados en las piedras vendrían a ser una escritura del tipo mágico-religiosa de los primeros pobladores de la región San Martín del Perú. Estas inscripciones representan las figuras de animales, plantas y constelaciones, formando oquedades en filas, junto a siluetas de aves y reptiles.
Mi hermano Juanito y yo tuvimos suerte de coincidir en un día como aquel: el sitio estaba abierto al público y los rayos del sol eran tan fuertes que cualquier fotografía saldría nítida. Tampoco nos cobraron entrada. Dudo si no lo seguirán haciendo ahora… Y hasta este punto, antes de continuar con la narración y otros detalles científicos sobre Polish, les pasaré a definir un par de cosas, por si las ignoran:
¿Qué es arte rupestre?
Es conocido como arte rupestre a los rastros de actividad humana o imágenes que fueron grabadas o pintadas sobre superficies rocosas. El hombre dejó plasmadas en cuevas, cavernas, piedras y paredes rocosas, incalculables representaciones de animales, plantas u objetos; cuadros de la vida cotidiana, signos y figuras geométricas, etc., obras valoradas entre las más antiguas manifestaciones de su habilidad y pensamientos, siendo el reflejo de la capacidad intelectual para abstraer y reproducir la realidad. Su designación como “arte” no significa que se trate de objetos artísticos como hoy los entendemos desde la cultura occidental. Lo “rupestre” hace relación al soporte en que se encuentra (del latín rupe: roca). Tal vez sea más indicado el término “manifestaciones rupestres”, pues la palabra “arte” envuelve un sentido que no necesariamente armoniza con el que le han dado sus ejecutores.
¿Qué es un petroglifo?
Un petroglifo es una imagen que ha sido grabada en superficies rocosas (del griego petros: piedra, y griphein: grabar). Llamados también “grabados rupestres”, dichas manifestaciones se elaboraron al sustraer el material de la superficie rocosa mediante instrumentos de una dureza superior, tales como punteros de piedra u otros elementos fabricados especialmente para tal fin. Se hallaron fragmentos de roca tallada (lascas) que evidenciarían que los instrumentos se hacían en el mismo sitio y que no eran enseres muy elaborados, ya que su vida útil era demasiado corta. Los petroglifos pueden grabarse muy superficialmente, a modo de pequeños puntos que se distinguen sólo de cerca, hasta los que son conformados por surcos de muchos centímetros de profundidad o los que exhiben la excavación de amplias áreas planas.
Luego de brindarles el concepto de arte rupestre y petroglifo, creo que de ahora en adelante la lectura de las últimas líneas de este post, les será más comprensible. De aquí hasta finalizar, el relato de mi visita o paseo a Polish irá recargado de interpretaciones arqueológicas:
Sobre las superficies rocosas mi hermano y yo vimos grabadas toda clase de figuras que en esos momentos fue muy difícil descifrar su significado exacto. Nos topamos con un arte rupestre, que por demasiado sencillo que pareciera, determinamos que no éramos capaces de desentrañar lo que simbolizaban los tallados, salvo algunos de ellos, muy pocos. Lástima que los guías turísticos brillaban por su ausencia en los petroglifos. Nadie de la familia que vivía en la zona tenía aspecto de investigador o letrado en culturas remotas. Transcurriría casi un lustro para que recién descubra el mensaje que mis ancestros dejaron sobre las piedras. Gracias a la propuesta estilística de la Lic. Marítza Rodríguez Cerrón, de la Facultad de Letras y Ciencias Humanas, de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, que ella misma publicó en la página “Rupestre Web”, pude entender las figuras en bajo relieve. Los links del sitio, fuente de los últimos párrafos de esta entrada, se encuentran al final. La investigación completa de la licenciada la podrán leer en dicha dirección electrónica, pero, por si desean descargarla en formato docx, cliquen en el botón de abajo.
Las figuras representativas en Polish son: Antropomorfos (sacerdotes o shamanes, acróbatas, sexo, cruces), zoomorfos (felinos, aves, serpientes, monos, caracoles, gusanos, cabeza decapitada, otros animales), astros (círculos, tácitas), y objetos (máscaras). Por la presencia de cuatro piedras o rocas se designó un número romano para cada una de estas (Rn), para después dividirse en zonas (Zn), las que contienen a dibujos (Dn) y figuras (Fig.n) que a su vez forman parte de un mismo dibujo. Un ejemplo para cada variable sería: Rn = Roca III, Zn = Zona B, Dn = D5, y Fig.n = Fig. 8. Las zonas de una roca pueden estar orientadas a un mismo o a un diferente punto cardinal.
Juan Luis y yo fuimos apreciando y fotografiando las piedras en distinto orden de acuerdo a lo enumerado por la experta. A veces nos tomábamos fotos encima o al lado de los petroglifos. La primera imagen capturada es la que ven unos párrafos hacia arriba, luego del mapa de Google Earth. Aquella es de la Roca III, Zona A (orientada al Oeste). Se trata de un dibujo que consta de varias figuras. La más próxima es la de un sacerdote en posición frontal, pudiendo ser las líneas serpenteantes, tanto los brazos como las piernas extendidas. Sobre la pequeña cabeza del personaje, tallaron la figura de un ave levantando vuelo, que igualmente se define por una única línea movida a la inversa con respecto a la configuración. A la izquierda, hay otra ave, pero ahora sólo la cabeza, y puede que aún con vida y emitiendo un canto. Más al fondo, a la derecha, aunque quizá no lo noten muy bien, grabaron un segundo sacerdote; la cabeza es definida por una tácita, el cuello, el cuerpo y las piernas forman una sola línea; los brazos se elevan a los lados, del derecho cuelga lo que podría ser un bastón ceremonial. Este antropomorfo se complementa con una serpiente que brota de sus pies y un caracol que alude a los focos de agua como a los rituales agrícolas. Y entre el resto de figuras, hay astros en movimiento y más serpientes. El plano de esta roca, lo podrán ver en grandes dimensiones, pinchando sobre la imagen en miniatura que colgué debajo.
Un cuarto de hora nos bastó para que Juanito y yo peináramos toda el área de los petroglifos de Polish de Bello Horizonte. Llegó el momento de retirarse y abordar de nuevo la Púlgar. Nuestro destino aún no fue la casa. Teníamos otros planes. Teníamos otros rumbos ya elegidos… Y para despedirme de ustedes, amigos internautas, les dejo un enlace (el botón verde) para que descarguen mis fotos de los petroglifos de Polish en alta resolución. Aquí la numeración con sus nombres: 1.- Petroglifos de Polish (San Martín, Perú), Roca III, Zona A, Aves, Caracol y Acróbata. 2.- Petroglifos de Polish (San Martín, Perú), Roca III, Zona B, Ave y Caracol. 3.- Petroglifos de Polish (San Martín, Perú), Roca I, Zona A, Felino, Fase lunar y Serpiente. 4.- Petroglifos de Polish (San Martín, Perú), Roca I, Zona B, Cielo estrellado. 5.- Petroglifos de Polish (San Martín, Perú), Roca I, Zona B, Serpiente. 6.- Petroglifos de Polish (San Martín, Perú), Roca I, Zona C, Figura humana en equilibrio. 7.- Petroglifos de Polish (San Martín, Perú), Roca II, Zona A, Gusano, Orante y Serpiente.
Fuentes:
El turismo crece día a día en Perú y felicito a todas las entidades encargadas de promocionar nuestro bello país. También debería haber más organizaciones encargadas de ello. Así como VIVA en el mundo, de Ingrid Yrivarren, organización encargada de promover nuestras riquezas en otros países con el fin de llamar a la inversión extranjera y promover el turismo. Les dejo un link de interés: http://www.facebook.com/ingridyrivarren
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario. Acabo de revisar el sitio del Facebook y ya me hice fan.
ResponderEliminarEl archivo ya fue borrado. Lo pueden subir nuevamente por favor. Gracias.
ResponderEliminarPor favor, escríbenos al correo mescapedecasa@gmail.com y le enviaremos los archivos y fotos.
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