Tal
vez ya había soplado dieciocho o diecinueve velas cuando mi espíritu me dictó
estas líneas: mi filosofía metafórica de la vida. Mi boca se abrió y mis ojos
hicieron su parte tras la relectura de estas reflexiones, muchos años guardadas
de un ordenador a otro. Estado: maravillado. Hoy las desempolvé del disco duro de mi laptop para
compartirlas con ustedes, aunque soy consciente de que pocos se atreven a liar con
este estilo de gestas literarias, aún más siendo de la autoría de un novel frente
a las vicisitudes de la existencia. Pero, desobedeciendo a la voz que me decía “pecabas
de imberbe juicio, de casta experiencia”, me debatí sin más tapujos al sacar a
luz lo que un romántico joven sentía, y que para fascinación de su mente de
adulto ahora coincidía.
Allí
les vas:
¿Quieren saber
qué cosa es la vida? La vida es como una pequeña hoja que se desprende con el
viento de la rama de un árbol, y luego cae sobre el torrente de un impredecible
río, el cual corre y corre, largo o corto puede ser el camino que siga, pero
siempre hallará su fin en la paz de un eterno mar o en el fondo de tierra seca
se pudrirá.
Fácilmente se
puede interpretar a todo esto como una serie de inspiraciones poéticas, pues por
ese lado se equivocan; si tan solo abres tu mente y le das el paso a cada
palabra que encuentres en este texto, de principio a fin, y la analizas frase
por frase, te darás cuenta de lo valiosísimo y sabio que te resultará cuando de
las profundidades de tu cabeza brota la idea esencial. Si nunca lo pensaste,
todas las personas sin excepción, desde el más pequeño hasta el más grande
poseemos un lugar místico en nuestra conciencia.
Hasta el más
necio y egocéntrico alguna vez en su vida se enfrentaron cara a cara consigo mismos,
o sea con su personalidad. Se asomaron al espejo de su conciencia, se pararon
frente a él, y se vieron tal y como son; después de un tiempo de estar
meditando, aunque les cueste aceptar al final no pueden negar que lo que hacen
a diario les afecta emocionalmente (a ellos) y a los demás. Por eso les digo,
nadie es incapaz de ejercitar a su corazón para actuar de “forma correcta” ante
las adversidades. Además muchos no saben cual es la forma correcta, por eso cuando
una persona pide un consejo a otra, la última si es sincera y humilde le dirá
que haga lo que le dicte su corazón. Tu corazón jamás te dirá honestamente que
obres el mal, al contrario, será tu guía en el camino en todo momento.
No te des por
vencido en seguir reflexionando en cada una de tus acciones (las que hiciste y las
que estas apunto de realizar). Después de todo se preguntarán porque comento de
esto y no me centro en el tema. Lo hago sólo como una introducción para que
cada uno medite profundamente sin miedo a equivocarse, no sólo en la frase del
principio, sino también en el montón de enigmas que se postran como estatuas
mudas delante de nuestras vidas. Al decir esto no me considero en lo mero
sabio, porque de sabiduría aún nada tengo, ni siquiera llego a los talones del
rey Salomón que con ansias estaría dispuesto a recibir igual que él, si Dios me
lo concede.
Raras veces
transcurre un día sin que en mi mente descubra cosas que la mayoría ignora y se
evita el trabajo de perseverar en encontrar algo nuevo, y que no habita en otro
lugar más que en su ser.
Si eres una
persona creyente en Dios y no tienes ni una pizca de los malos adjetivos calificativos
que nombré, te será sencilla la salida a la luz del mensaje que te quiero
revelar.
Pero si no te
opones a dichas cosas, ahora no te anuncio, te ordeno que te pongas sensible como
nunca en bastante tiempo y muéstrate que todo es posible, ya que esto es un
camino para encontrarte con ese espejo en tu conciencia y elijas el fin de esa
hoja que ondea por las olas del río.
La vida en primer
lugar es un regalo del Señor, aunque no todos concuerden con este concepto, ya
que las creencias religiosas difieren hasta en los miembros de una misma
familia, cuando repentinamente aparezcan
épocas críticas y duras de soportar que impulsen el deseo de arrancártela de
una vez. Pues esas cargas pesadas que nos caen a las espaldas son pruebas para
resistir cualquier golpe que vendrá después, serán tal vez más duros o dolorosos,
pero sea cual fuere la potencia con que vienen, jamás debemos doblegar nuestras
fuerzas.
Puede parecer
fácil con apenas decirlo u oírlo de alguna parte junto con la compañía de la paz
y tranquilidad que en ese instante pueda albergar en tu corazón, pero en esta
vida nada es fácil sin haber hecho el intento de levantar el puño para luchar
valiéndose del apoyo optimista que vive incluso en la mente de la persona
escasamente preparada, o débil a simple vista, sólo a simple vista, porque de
las personas que menos pensaste aprenderás a ocupar en tu filosofía la famosa
frase de: “Yo puedo hacerlo”.
Los seres humanos
utilizamos el 10% de nuestro potencial no sólo en lo que se refiere a inteligencia,
sino también en los dones más profundos, como en la capacidad de vencer las adversidades,
traicioneras al principio, y de aguantar las flechas capaces de herir nuestras almas, además del cuerpo. Piensa que todo lo
puedes y no adoptes al fracaso para tu desgracia.
Como en la etapa
de juventud se es inmaduro y débil a los deseos provocadores que algunos te
llevan sin darte cuenta a tu ruina, puedes tolerar uno que otro fracaso. Cuando
pases por las demás épocas de tu vida, córtala de una vez por todas y no te
dejes derrotar por los malos deseos y los golpes físicos o espirituales que
puedan atormentar tu alma.
En la naturaleza
un ser humano es así como esa pequeña hoja desprendida de aquel árbol, y al
viento se le puede comparar con el soplo divino de Dios que lo impulsó para que
llegara a la corriente del río, que viene a imitar muy bien los días que
transcurren desde nuestro nacimiento hasta que nuestra alma abandone el cuerpo.
La hoja ni bien
se posa sobre las olas del río se verá forzada a avanzar al rumbo que la corriente
le lleve. La corriente en determinados momentos aumentará su velocidad cuando
el río corra por rápidos vertiginosos, en donde las márgenes están formadas por
acantilados coronados en sus bordes por rocas puntiagudas. De igual manera en
el lecho del río yacerán rocas afiladas, las cuales apoyan su turbulento
avance. Aquí la insignificante hojita se bamboleará como loca y si no resiste
más el salpicar de las gotas, serán como balas para ésta y al fin se hundirá
hasta el fondo, donde las aguas son oscuras y ni siquiera los peces se darán cuenta,
siendo así que el olvido la envuelva trágicamente como si no hubiera existido.
Todo embarraba y con las nervaduras desgarradas se enterrará bajo el lecho del
río, cada minuto que pase le será más cruel, ¡Pobre si no pudo resistir tanto!
Antes o después
de este curso del río el agua fue o se volvió mucho más calmada, ondeará lento
con olas apenas visibles desde la orilla y recordará a la bandera que flamea al
suave soplido del viento. La hoja navegará en estas pacíficas aguas limitadas
por orillas llanas y arenosas que destilan paz, felicidad y alivio al deseo de
cualquier observador.
No sólo después
de la tempestad viene el sereno, también el sereno antepone a la tempestad. Todo
es un ciclo en la naturaleza, el reloj no para de dar vueltas y al día
siguiente las manecillas recorrerán por las mismas horas de hoy. Por eso sepan
que vendrán tiempos difíciles, por lo tanto no debemos sentirnos desdichados,
ya que la vida es un ciclo rutinario. Algunas personas vivirán más tempestades
de las que uno se imagine, quizás todos sus días sean cargados de aguaceros que
ahogarán su corazón y llenarán hasta el borde el número de sus penurias.
Otros vivirán
cargados de felicidad la mayor parte de su estadía en este mundo, serán muy queridos
y al mismo tiempo envidiado por muchos, debido que cualquier mortal ansiaría
vivir sin preocupaciones, dolores y sufrimientos.
Uno que sólo ve
que sus días empeoran, pierde la esperanza de ser feliz y que bastantes puedan
apreciarlo en un ambiente que se torne favorable por cualquier ángulo. A medida
que el tiempo continúe transcurriendo vas perdiendo con mayor porcentaje las
posibilidades de salir adelante, por eso no te quedes con los brazos cruzados
cuando todo momento es bueno para empezar el cambio a la superación y a la fe.
Levanta en alto
la frente y avista al horizonte, te fijarás que en la cima de un cerro reposa
la llave para abrir la puerta del triunfo ante las adversidades. Me refiero a
la variedad de adversidades que existan y se instalan como parásitos en
nuestras vidas. Debemos vencer con inteligencia las agobiadas luchas del
infortunio, y que mejor si uno lo sabe y experimentó, esos percibieron la
amargura del hostigamiento en sus entrañas.
Si me ocuparía el
tiempo en hablar de cada problema que tiene la gente, mis días no bastarían
para acabar y ese aporte sería casi como un grano de arena en un desierto. Yo
les digo de forma general que sea cual fuera la fiereza de las tormentas en tu
vida trata de no vacilar en tus acciones de superación.
No les des el
gusto a las gotas de ofuscar tu visión y que el retumbar de los relámpagos no te
ensordezca. En esa clase de clima aprieta el paso para nunca retrasarte y los
que te van aventajando cuando pasen por tu lado no te pisoteen como basura. Por
consiguiente, si no quieres que te humillen pues no se los permitas, demuestra
que eres mejor persona y da a conocer que tu vales más por las obras buenas que
realizas (en tu vida y con los demás). La verdadera felicidad la encuentras
cuando convives en armonía con tu prójimo. El que abusa de los inocentes tiene
reservado su tumba en tierra infértil donde su alma al igual que su cuerpo pagará
eternamente.
Nombré que el
camino que recorre la hoja es largo o corto. Doy a entender que la cantidad de
vida de los seres humanos en la tierra varía, unos la culminan en su
adolescencia, otros hasta pasar un siglo, algunos en solo unos cuantos minutos,
hay también varios cuando en plena estancia conyugal la acaban trágicamente. Es
impredecible estar seguro como acabarás, pero si deducirás tu final depende
como actúes.
Date cuenta como
andas y porque afluente del río quieres ir, elige donde el terreno te parece familiar
y no por manglares y pantanos que te pierdan y embarren tu imagen. Lamentablemente
un sinnúmero de adolescentes por falta de una instrucción adecuada por sus
padres, viven rodeados de fango. A esos les digo que es hora de madurar porque
el vicio lleva a la muerte; las drogas, la adición por el sexo, la costumbre de
hurtar, el ocio excesivo, desobediencia a los progenitores, poco interés por el
futuro, vandalismo, el dejar a un lado la fe y muchos más, si eres aficionado a
estos vicios estas cavando tu propia tumba ¡Pobre del que se ría al leer esto,
cuando esté en sus últimas espero que se arrepienta!
El mal rumbo que
toma la hoja es donde el río está serpenteado por acantilados escarpados o en
un sitio en que el agua desemboque en un pantano fangoso, incluso es posible que
salga de toda esa agua y aparezca en un terreno desértico. En este último haya
sucedido que el sol calentó la superficie de la tierra y trajo consigo una
sequía con la capacidad de acabar con la vida animal y vegetal de la zona.
“En el fondo de
tierra seca se pudrirá”, es un estilo de definir el final de las personas
débiles, ruines, perdidas y las que siguen siendo aliados de una vida
desordenada. No te proyectes por este traicionero cauce del río y verás que
tienes los medios para alcanzar la gloria. Elige si quieres morir antes de
vivir, ya que el calor de la perdición devasta a todo ser humano, sin importar
sexo y edad.
El lado opuesto,
el buen rumbo que tiene la hoja, es un cauce de paz, felicidad y alivio. Nadie
podrá decirte como maniobrar tus proyectos, serás dueño de todos tus actos y
velarás por el bienestar de las personas que necesitarán tu auxilio, porque tal
vez, en la mirada de esos descarriados veas el reflejo de tu pasado.
“En la paz de un
eterno mar”, aquí el agua ya dejó de correr y las olas se mantienen casi estáticas.
Felices de aquellos que eligieron este fin, esperarán el desmoronar de sus días
en la esperanza de alcanzar a Dios, El que recompensará justamente a cada uno
de ellos.
Es mejor
enterarse primero de la crudeza del mal rumbo, puesto que no vaya que te encamines
por ahí conociendo las consecuencias. El que sabiendo que va a perecer por esa senda
y la sigue, es semejante al que de propósito toca fuego y resulta chamuscado.
Deja de engañarte
a ti mismo diciendo que no estas implementado con las armas necesarias para
combatir contra las adversidades y tentaciones. Así como en la mitología el Ave
Fénix renace de sus cenizas, tú debes resurgir desde que eras insignificante al
mundo. Lucha por salir de la oscuridad rebosante de la cueva que enclaustraba
tu libertad, y ver que al final hay una luz esperanzadora que tranquilizará tu
alma.
Pues si tú crees
que cuando tus proyectos te resultaron favorables y el progreso de tus labores te
beneficiaron altamente, supuestamente porque tu solo has vencido, y nadie, ni
un ser carnal o divino te haya dado un empujón, te digo que no estás en lo
correcto. El hecho aunque muchos piensen de este modo, son cortos de vista y su
campo ocular no sobrepasa la punta de sus narices porque no se proyectan a
descubrir “el porqué de las cosas”.
Durante estos
días date un tiempo de hacer lo siguiente: párate tú solo en un campo despejado
lejos del barullo de la ciudad con el pasto debajo tus pies. Gira 360 grados
con la vista horizontal y luego ve primero al cielo, y después hacia bajo.
¿Quién crees que fue el único creador de esa maravilla? ¿Un hombre? ¿Una
máquina? ¿Un dios mitológico? ¿Quién?... No te respondas inmediatamente,
reflexiona el tiempo que te parezca necesario y no concluyas en algo imposible,
sino en lo más obvio.
Después de todo
diré para mí lo que es más obvio, pues no son ninguno de los nombres dentro las
interrogantes, las cuales la mayoría de las personas concuerdan con la
penúltima; ese ser puedes ser tú, y si lo eres deja la obstinación de tus
presentes creencias, dedícate a embutir más sabiduría a tu reducida capacidad
filosófica y ten cuidado de no caer en doctrinas y costumbres extremistas.
Ese único creador
de las maravillas no es otro más que Dios, el Único y Todopoderoso, el Creador
de este universo. Acaso Él no fue el que te dio el empujón sin la necesidad de
que tú se lo pidieras. Si Él con un soplo dio la vida, no me cabe la idea de
que ni siquiera con un empujón te haya dado el poder de vencer. Es hora que
adquieras más fe, si nunca la tuviste, pídeselo todas las cosas que necesites a
Él y te la dará con más razón.
Medita, busca una
salida, lucha y vence, las cuatro hazlas con fe y tu vida desembocará en el mar.
Para mí es más
fácil involucrar a una hoja en la vida, en vista que en la naturaleza se esconden
las metáforas más increíbles.
En fin, espero
que les haya servido de ayuda a la reflexión de mi propio concepto de la vida.
Nota: Ninguna palabra del texto fue
modificada.
0 huellas:
Publicar un comentario
Deja tu huella y sabré que alguien pasó por aquí...
No se publicarán comentarios fuera de la temática del blog, ni mensajes que sólo tengan como interés hacer publicidad, o que contengan agresiones o insultos de cualquier tipo.
Además, no es necesario que escribas el mismo comentario; éste será aceptado o rechazado una vez sea revisado: